UNA CALANDRIA MUERTA
Por el sendero de los recuerdos
encontré una calandria muerta.
Desconcierto del paisaje
y la pena de sus plumas sin brillo.
El pico entreabierto, sin sonido
besando la aridez de la tierra seca.
Yace ahí su voluntad de vuelo,
sin aliento sin dolor, ni agonía,
Fin de los amaneceres y de las tardes,
su fulgor en ramas de araucarias verdes,
cobijo cómplice en el pánico
cuando las tormentas asecharon.
Nadie la vio al caer sin vida,
no sobrevivió a la errabunda soledad
después de la sudestada que espantó
a su bandada de pertenencia.
No han de hallarla, no
el polvo y las cenizas volcánicas
van cubriendo sus despojos
en el camino, sin más ojos
que los míos
fijos en la senda -viajando-
transitando el desierto
de evocados recuerdos.
Beatriz Graciela Moyano
20-09-2013
Un bello homenaje a la secreta muerte de los pájaros. Es muy difícil encontrar sus cuerpos, siempre me he preguntado adónde van a morir.
ResponderEliminarUn bello poema. Un poema de amor a la naturaleza.
Un beso Graciela.
Norma
Gracias Norma por estar por aquí y comentar con tu gran sensibilidad. Un beso amiga
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