OSCURAS INTENCIONES

Fue a allá, al norte su terruño
de nieves montañas en cadenas
donde la parieron en destemple,
ese país, fuente inagotable
de poetas desplegados al mundo.

Buscó en lo selvático
entre plantas rubiáceas y arbustos
una hierba áspera de sabor amargo
hojas opuestas y de su corteza
extrajo la quinina de sus días
envenenando su pálida piel.

Embebió la hiel en su timidez,
arte en desgarro, impotencia de
oscuras intenciones.
Ocultas letras gótica, sangrientas
de la hechicera en triste misiva,
su pacto con la herida helada.

¿Quién puede ejecutar, matar
unas caricias rendidas?

Los álamos y olivos
de nuestro norte vencido,
los perfumes de azahares
habitarán irremediables jardines.

Sublimes, innegables dulzuras,
sobrevivirán fortalecidas 
por las oscuras intenciones.

Movida por la impotencia
que genera el hielo
de las sábanas de raso, tal vez
descoloridas en sus flores.
Mostró lado más oscuro, penoso.

Hay quien ve pasar la vida
sin un guiño
no despierta ni a las garzas
de su siesta apachurrada.

Tirria a la atracción seductora
Condena a lo advenedizo.
Una maldición se hunde
en el fondo oscuro del saco roto.

Un escudo protege en alerta,
es luz y desvanece el mal
reviviendo a los pies del despecho,
en un derrumbe innecesario.

Beatriz GracielaMoyano