Embebidas de rocío
amanecen abrumadas
hasta las flores…
de fragancias inconfundibles.
El color, los colores
maravilloso misterio,
la síntesis de sus pigmentos
en la tierra fecunda sus raíces.
Naturaleza viva en asombros
de mágicos prodigios en semillas
expresa la intrigante savia de Dios.
Flores, colores, fragancias
y los polinizadores de dulzuras.
Tu y yo
conscientes de hadas y gnomos
de mariposas iridiscentes y
los minúsculos colibríes de
esa belleza verde-azul
tornasol de ensueño, en los sueños
de los amores cautivos.
Tu y yo
conscientes de hadas y gnomos
de mariposas iridiscentes y
los minúsculos colibríes de
esa belleza verde-azul
tornasol de ensueño, en los sueños
de los amores cautivos.
Más los insectos que juegan
escabullidos ensayando sus tonos
atrayentes entre flores y
pájaros astutos que los devoran.
Toda esa actividad
genética, también es poesía
hasta las flores… se arrugan
no escapan al cruel proceso.
Analogía despiadada
de nacer, desarrollar y morir
en un deshoje lento de pétalos mustios,
pero en este jardín de acrobacias
han perecido, desvanecido
antes de exhalar sus aromas
sin conocer el fresco rocío amanecido.
Mirá las hojas y los tallos estremecidos,
como se deslizan ante el asombro,
ni un capullo, ni pimpollo seco
para guardar entre las hojas amarillentas.
Libro de los recuerdos extraviados y olvidos,
allí donde está el vuelo de la mariposa herida
que dejó de ser en mis manos.
Todo lo que no fue, se desvanece,
lentamente, la memoria lo abandona.
Hay ramas que se alzan al cielo
desde la tierra fértil hacia el infinito
pidiendo clemencia hacia las flores.
Beatriz Graciela Moyano
Junio-2013-
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