Una casa en soledad
La casa está sola y vacía.
Es noche y la farola se niega
a iluminar la calle desierta.
Entre las cortinas gastadas
por el sol de los días,
solo se cuela un hilo de luz y
la ventana se distrae en detalles
de una vecindad quieta
que bosteza abrumada la faena.
Esa habitación no da señales,
sigue mirando al norte.
Los rayos candentes del verano
le han quemando los fantasmas
y se sostiene en agobio.
El invierno de la apatía sigue,
sin planes singulares, está sola.
Sola la casa de las pasiones antiguas.
Un atuendo algo sexy duerme
en el sillón de la sala,
harto, sin seducir a nadie,
junta pelusas grises del ambiente
y sueña vestir bonita a alguien
desenfadada, que no le molesten
las manos inquietas, que baje
las escaleras alfombradas
coqueta al son de la música.
Así con poca luz y lluvia de colores.
Sueña el encaje aburrido, sueña
no hay gente, ni ruido
nadie que ría, ni llore, nadie.
En su sueño elige dueña,
Diosa pagana, de sonrisa vaga
e ilusión flotante, en labios carmesí.
Unos ojos que responden miradas,
alternadas entre copas cristalinas
un brindis de burbujas cosquillantes
que pueden mentir amor.
Vana búsqueda, nada existe.
La casa permanece en soledad.
Betty,acabo de leer tu poema ¡es precioso! cada verso,cada detalle,habla de una gran poetisa.¡Mis felicitaciones!
ResponderEliminarGracias amiga, es importante para mi tu opinión. Besos
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